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viernes, 4 de mayo de 2012

De batir el debate


Mucha rabia desató la decisión de TV Azteca de darle preferencia a la transmisión de un partido de fútbol sobre el 1er. Debate entre l@s cuatro candidat@s a la Presidencia. Que si Salinas Pliego (Salinas tenía que apellidarse) es un maldito que antepone sus intereses personales a los de la Nación, que le está haciendo el paro a Peña Nieto… total, el hombre ya se colocó a la par de Antonio López de Santa Ana y de su cuasi primo Salinas de Gortari como enemigo público número 1 del país.

Indignada la gente se manifestó convocando a un boicot a las empresas de Grupo Salinas; “cancela tu cuenta en Banco Azteca”, “no compres en Elektra”, “ya no veas Lo que callamos las mujeres”. Se sumó un grupo de hackers denominados Anonymous para darle en la torre al cuate este. Una situación que debería quedar en el anecdotario ha consumido los debates y tiempos en medios de comunicación. Según el mandato del negrero CEO de Pakorp Media, nuestra línea es estar a favor de que se televise lo que sea. Por si no lo saben, Televisa sí transmitirá el debate. Así que los anti-fútbol tendrán su oasis en el desierto.

Los griegos inventaron un sistemita de gobierno por ahí del siglo V a.C. al que llamaron “democracia”. El nombre proviene de las raíces griegas “demos” que significa popular o proveniente del pueblo, y “kratos” que significa gobierno. Gobierno del pueblo. La base donde se asienta este sistema de gobierno es la libre elección. Cada quién elige ser, hacer, pensar, decir lo que se le pegue la maldita regalada gana siempre y cuando no se vean afectadas terceras personas. La lección de historia viene porque actualmente en México vivimos bajo un sistema “democrático” (entre comillas porque tiene sus asegunes) el cuál consagra en nuestra sacrosantísima Constitución Política que todo individuo goza de la libertad de creer en Alá, Jehová, Jesús, Buda, Huitzilopochtli. También eres libre de colocar tu idea política en la izquierda, derecha, centro, arriba, abajo, al centro y pa’ dentro. Siendo respaldados por tan tremendas libertades, por qué carajo (iba a escribir putas, pero ellas no tienen la culpa) no tenemos la libertad de ver el fucho, las telenovelas, el programa de los niños simpáticos que quieren ser artistos, leer el Condorito o werever. No. Ahí no tenemos libertades. O ves el debate o eres un vendepatrias.

¡Claro! Se me olvidaba que los mexicanos somos una masa idiota a la que tiene que arrear papá gobierno cual borregos pre-barbacoyeros. Los mexicanos son estúpidos y se distraen hasta con el vuelo de una mosca. Al mexicano debes sentarlo y amarrarlo a una silla como a un bebé (antes de que me caigan los de derechos humanos, amarras a un bebé con su cinturón de seguridad pa’ que no se te caiga). Homero Simpson presta más atención que un mexicano. Al mexicano no le pongas fútbol porque puts, ahí va embelasado e hipnotizado y le vale madre el mundo. A mis amigos que se indignan porque no van a transmitir el debate, debería indignarles y reteque emputarles que las autoridades piensen eso de nosotros.
 
Que vamos a ir de babotas a ver el pambol en lugar de interesarnos  “por el futuro del país” (‘sa mamada).
Ya que el mexicano es tan subdesarrolado intelectualmente y no se le debe distraer cuando se va a transmitir un debate en el que nomás se van a salpicar calabaza (porque ni siquiera tienen el valor ni la inteligencia de tirársela completamente), deberíamos no sólo obligar a Satanás Pliego, ejem, Salinas Pliego a transmitir el debate. Debería encadenarse en todos los canales abiertos y de TV de paga. Sí porque igual y soy un pirruris con cable y en lugar de ver el debate me distraigo viendo Dr. House. Ah, también debemos cerrar los cines para que esos ambiciosos vendepatrias del Cinépolis tienen el descaro de retar a la democracia y a la soberanía nacional (wey, qué bonito se oye eso. Igual y más adelante me lanzo pa’ diputado. Al fin que ya tengo el verbo) proyectando la peli de los Avengers a la misma hora del debate. Y qué me dicen de los teatros. Que no nos pongan la manzana de la tentación con la diezmillonésima representación de Defendiendo al Cavernícola. No sea que quieren ver el garrote de César Bono en lugar del debate (cada quién como le haya entendido).

Así es mis súbditos, pongan en la balanza si quieren ir al cine, ver deportes, leer un buen libro o verse obligados moralmente a ver el debate. Pongan en la balanza si quieren emocionarse con el fut o cabecear con las estúpidas propuestas de crear 7 millones de empleos según El Amoroso (por qué quedarse en 7 y no de una vez 9 millones), si quieren ver al Guapo que se compromete a que el país sea igual de seguro que el Edo. De Méx. (sí, más descabezados, más feminicidios, más transporte del asco), si quieren ver a la Doñita Diferente diciendo que va a regalar Ipads (pa’ que la chaviza nini pueda checar su Face sin ir al café internet), si quieren ver  al Profe que maneja su chombi tratando de perpetuar a Elbita en el poder.
En la democracia los individuos somos libres de ver lo que nuestra regalada gana se nos dé. No necesitamos que nos anden arreando.
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