Pavo, romeros y wacalao

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NAVIDAD

Pues bien, llegaron las fiestas decembrinas, el maratón ya empezó y las compras navideñas de pánico están a tambor batiente. A muchas personas se les olvida que es de las pocas (por no decir única) veces en el año que te reúnes con la mayoría de tus seres queridos en una convivencia auténticamente familiar. Eso es lo que se debe rescatar. Olvídemos si el significado real o tradicional tiene un fondo religioso.
 
En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.

Así que, como casi en todo, celebramos una fecha impuesta por algún locuaz que la manipuló para fines personales. Ni modo. Por eso les digo que lo mejor es comerse ese pavito, pierna, lomo, romeritos, bacalao y demás platillos en compañía de la familia y los amigos más cercanos, amigos que seguramente se convirtieron en tu familia también.

2011

Acaba un año más en nuestras vidas. Otro año de aprendizajes, alegrías y sinsabores. De nada sirve hacer propósitos de inicio de año y ahogarse tragándose una docena de uvas si esos propósitos mueren a la siguiente semana. Como consejo les puedo decir que los propósitos que sí cumples son los que te pones el 6 de febrero, el 15 de marzo, el 9 de noviembre... Es decir, no necesitas esperar a que sea inicio de año para proponerte cambiar algunas cositas malas o mejorar las buenas. Es perder el tiempo.

A nombre de todo el staff de este espacio, a nombre de los miles de empleados que a diario entregan los mejores años de su vida (jaja, ilusos) a esta H. empresa les deseo una cena navideña muy rica, un ponche caliente y con piquete y unos buenos pomos para saborear. Todo esto rodeados de aquellos a quienes quieren y de quienes no les gusta estar lejos. Amigos, primos, tíos, hermanos, padres... Pásensela a toda madre. Ya saben que hay alcolímetros en el DF, así que llévensela con cuidado. Y no por miedo a que te pesquen y caigas en el "torito", sino por el simple hecho de cuidar sus vidas. Se los dice la voz de la experiencia.

Y les deseamos de todo corazón que el 2011 sea un poquito mejor que este 2010 que termina. Creo que para todos será sufieciente eso.

Olvidaba mencionarles que este espacio se tomará unas inmerecidas vacaciones, nos leemos el año que viene... ¡¡si sobrevivimos al maratón!!!