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lunes, 20 de septiembre de 2010

Bicentenario. ¿tenemos algo que celebrar?

Es la pregunta que circula por todos los foros y medios nacionales a últimas fechas. ¿Tenemos motivos para festejar 200 años de independencia?.

Siendo estrictos y quisquillosos, no. Porque para empezar, los 200 años se cumplirán (si el calentamiento global no lo impide) en el 2021. Gracias a doña Elba y sus secuaces, los niños y no tan niños festejan (festejamos, kimosabi) en el inter del 15 y 16 de septiembre la independencia nacional. Es lo que nos enseñan en la escuela. Gravísimo error. La verdad es que para su servilleta es algo imperdonable, de risa. Que una nación festeje algo que no ocurrió en la fecha que se piensa. El movimiento independentista se inició entre el 15 y 16 de septiembre de 1810. Hace 200 años. Pero la independencia como tal (y la que realmente deberíamos celebrar), se consumó el 27 de septiembre de 1821. Al menos eso de "septiembre, mes patrio" sí aplica. 

Por cierto, que la pachanga comience el 15 de septiembre se lo debemos a Don Porfirio Díaz. Le pareció simpático recorrer la fecha de la fiesta independentista ya que su cumpleaños era el 15 de septiembre. Esto es, lo que festejamos en realidad es el natalicio de dictador. Curioso: el 20 de noviembre celebramos el inicio de la revolución, misma que se desencadenó gracias a la dictadura de Porfirio, nacido un 15 de septiembre. Luego entonces, pasemos mejor la revolución los 15's y la independencia los 16's, así ¡armaríamos tremenda pachanga! .


El clima de inseguridad, la economía y mil y un factores más han hecho que algunos "intelectuales" propongan que no tenemos nada que celebrar porque estamos de rodillas ante el crimen organizado, no hay trabajo, no alcanza la lana... En lo personal, creo que lo único que podemos festejar es que tenemos una identidad, que somos ricos en recursos naturales, nuestras tradiciones, nuestro folklore.


El propósito de este post va más allá de garrapatear y entretener... o hacer perder el tiempo. Lo que se pretende es señalar una de las causas por las que México está tan mal, falto de valores, de una educación de calidad, de políticos con altura de miras. Yo he visto a ciudadanos estadounidenses que cuando escuchan su himno, sin importar el lugar ni el momento, se ponen de pie, llevan su mano al corazón y escuchan y/o entonan su letra. Si se topan con su bandera, se llenan de alegría. Nosotros no. Los niños cantan el Himno cada lunes en sus escuelas durante 12 años, pero no es suficiente eso para inculcar un real amor por tu Patria. Los adultos cantamos el himno exclusivamente en el estadio Azteca cada que juega la decepción y algunos más entusiastas (y alcoholizados) lo hacen cada que se da el grito. Desde luego, no quiero que cada lunes entonemos el Himno en nuestras oficinas o lugares de trabajo. No.Sólo me gustaría que tuvieramos un poco más de amor por nuestro país.

Mexicano comprometido con la Patria. CEO y Chairman de Pakinscorp. Valiente opinador y empedernido americanista. Batifan y escribidor en este sagrado espacio.

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