No se sobresalten. No estoy embarazado (al menos hasta el mes pasado). Me refiero al dicho del gober piadoso -Emilio González, panista de Jalisco-. Al muy zoquete se le ocurrió decir que "me dan asquito" las bodas gay. El problema no es ese. Afortunadamente vivimos en un país con relativa libre expresión, y digo relativa porque le están pegando duro al periodísmo con la violencia. El problema es que lo dice en su papel de Gobernador. Es algo imperdonable, nunca un gobernante puede ningunear, mucho menos humillar o discriminar a sus gobernados. Eso, en cualquier país civilizado del mundo (excepto el nuestro, claro) le hubiera costado la chamba. Parece un dicho menor, pero la neta es inadmisible. Él como persona puede sentir ese "asquito", lo cuál es perfectamente respetable, ya que por su formación y convicciones no está "familiarizado" con la homosexualidad.
La cosa aquí es que este señor gobierna con la biblia en la mano, en lugar de hacerlo con la Constitución. Recordemos que una vez estando muuuy pedo dijo "me vale madres" por las críticas recibidas por haber donado una nada despreciable lanita para la caridad católica. No conforme, el buen hombre, ya entrado en copas (seguro era vinito de comunión) y en el calor de la situcaión, recomendó amablemente a sus críticos que tuvieran la diligencia de fornicar a su progenitora. A chingar a su madre, pues.Así las cosas, mis quieridos educandos, me da asquito que gente tan idiota nos gobierne, me da asquito que gente tan cerrada de la cabeza quiera imponer su moral y dictarle a la sociedad la buena conducta y moral a seguir, me da asquito que un gobernante discrimine y humille a sus gobernados, me da asquito que la iglesia católica siga metiendo sus manitas santas, ávidas de carnita fresca pa' violar, en las decisiones de gobierno. Me da asquito.
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